Crónica de un abandono anunciado

doorLa amistad es algo curioso. No nos damos cuenta de la gente que nos quiere a nuestro alrededor y muy pocas veces somos capaces de decirles que los queremos. Y menos aún entre hombres, claro, porque los hombres no hablan de sentimientos (o eso es lo que la tradición nos ha hecho pensar).
He conocido gente de muchas naciones del mundo y me da la sensación de que cada cultura tiene unos valores distintos. No sabría decir si cuanto más frío hace en tu país, menos amor demostrarás, pero algo se aproxima. Salvo nosotros y los sajones, que nos hemos invertido.  [Estoy hablando del amor de amistad, en todo caso.] Los sajones tienen mucha tendencia a decirse que se quieren, aunque sea de una manera tonta con un luv ya, pero todo eso, poco a poco, crea un hábito.
Lo que más me sorprende de la amistad, sin embargo, es esa falsa buena voluntad que tenemos con ellos.  ¿Queremos realmente lo mejor para ellos? ¿Aunque eso signifique perderlos?
Hace un par de años lloré mucho la marcha de un amigo. Quizás lloré más su marcha que otras pérdidas que he sufrido. No gestionamos el abandono nada bien en nuestra sociedad. Con la experiencia, hoy, que estoy a punto de ser abandonado una vez más, me planteo si lo voy a hacer mejor esta vez. Querría decir que he aprendido y aunque esta sea la crónica de un abandono anunciado, aún y sabiendo que esto sucedería antes incluso de que esta persona fuese importante para mí, desde ya estoy sufriéndolo. Sé que no es una puerta que se cierra para siempre, no es un fin.
Aprovecharé los momentos que tengamos pero mentiré cada vez que le diga “me alegro por ti”.