Crónica de un abandono anunciado

doorLa amistad es algo curioso. No nos damos cuenta de la gente que nos quiere a nuestro alrededor y muy pocas veces somos capaces de decirles que los queremos. Y menos aún entre hombres, claro, porque los hombres no hablan de sentimientos (o eso es lo que la tradición nos ha hecho pensar).
He conocido gente de muchas naciones del mundo y me da la sensación de que cada cultura tiene unos valores distintos. No sabría decir si cuanto más frío hace en tu país, menos amor demostrarás, pero algo se aproxima. Salvo nosotros y los sajones, que nos hemos invertido.  [Estoy hablando del amor de amistad, en todo caso.] Los sajones tienen mucha tendencia a decirse que se quieren, aunque sea de una manera tonta con un luv ya, pero todo eso, poco a poco, crea un hábito.
Lo que más me sorprende de la amistad, sin embargo, es esa falsa buena voluntad que tenemos con ellos.  ¿Queremos realmente lo mejor para ellos? ¿Aunque eso signifique perderlos?
Hace un par de años lloré mucho la marcha de un amigo. Quizás lloré más su marcha que otras pérdidas que he sufrido. No gestionamos el abandono nada bien en nuestra sociedad. Con la experiencia, hoy, que estoy a punto de ser abandonado una vez más, me planteo si lo voy a hacer mejor esta vez. Querría decir que he aprendido y aunque esta sea la crónica de un abandono anunciado, aún y sabiendo que esto sucedería antes incluso de que esta persona fuese importante para mí, desde ya estoy sufriéndolo. Sé que no es una puerta que se cierra para siempre, no es un fin.
Aprovecharé los momentos que tengamos pero mentiré cada vez que le diga “me alegro por ti”.

Primera piedra

stonesVuelvo a la blogosfera y me da la sensación de que debería hacer algún tipo de celebración para marcar este evento. Algo así como una inauguración. Si fuese artista, la obra estaría aún por ser realizada. Si fuese marino, sólo haría falta que estimbase una botella de cava (o champán si se prefiere) contra la pantalla. Pero no soy ninguna de las dos cosas. Tampoco soy político así que puedo dejar las tijeras en el cajón, pues no hay ninguna cita por cortar.
En el pasado tuve dos blogs, que finalmente se unieron en uno solo, confluyendo las lenguas y los temas. Esta nueva etapa en este mundo me lo imagino como una construcción todavía en sus cimientos, porque realmente no sé qué es lo que me ha empujado a volver y tampoco sé qué es lo que quiero contar. Sé que los rantings sobre política y chorradas no tienen cabida aquí. O eso quiero pensar. No tengo una pasión estable de la que hablar, fuese música, diseño o arte. Así que tan pronto hablaré de literatura como mostraré algún diseño que me enorgullezca. Poc a poc, decimos en Catalunya, que estoy empezando en todo.
En las construcciones se ponen primeras piedras. Siempre me ha llamado la atención esta expresión. ¿Acaso la primera piedra es más importante que la última? He ido a alguna de estas celebraciones y a veces es más una caja del tiempo que una piedra, con dibujos y mensajes para los futuros arqueólogos.
No sé si en los edificios de viviendas se marca ese momento y, de así ser, ¿qué entierran? Aún no saben las almas que allí residirán ni si lo harán durante mucho tiempo. Siempre he soñado con una casa en el campo. Si me la construyo, si no vivo en una edificación antigua, me gustaría poner una primera piedra. Pero, en su lugar, pondría un libro. Un primer libro lleno de historias y palabras, de esperanza, de sabiduría, para así saber que no existen mejores cimientos para crear una nueva vida.